Nosotros, los millonarios – El mundo desde mi bici CVI

renee-zellweger_428x642Hay algo de nuestros tiempos que por su volumen, ubicuidad y velocidad me molesta de forma muy especial: la sobre-información.

Si quisiéramos vernos más históricos que histéricos, podríamos echarle la culpa de este mal a la invención de Gutenberg. Gracias a ese artefacto se inventaron los panfletos y los diarios, y con ellos las noticias; gracias a ese invento, también, se acabaron la poesía épica, los juglares y los héroes muy heroicos. Retrotraer esta discusión hacia aquellos lejanos orígenes no es sólo inútil, también es algo pedante.

El problema de la sobre-información en realidad es mucho más joven: empezó con la radio, se agravó con la tele y viene rematando feroz con la internet.

Hoy los noticieros lo invaden todo. Estaciones en donde antes se transmitía música se han abocado a las noticias. Canales de televisión completos están dedicados a la transmisión de noticieros. Inclusive nuestros más cercanos amigos y familiares, erigidos gracias a las redes sociales y a los blogs en reporteros con uso de suelo, difunden todo lo que les es posible difundir: desde el inminente fin del mundo hasta el enésimo fallecimiento de Morgan Freeman.

Estando así las cosas, es casi imposible evitar ver, leer o escuchar alguna noticia, por más que nos queramos evadir de ellas.

Soy de la opinión que las noticias hay que tomarlas en dosis pequeñas y bien cernidas.

Infortunadamente aunque uno trate de prestar atención sólo a las noticias en verdad importantes, como la “desaparición” de jóvenes estudiantes en Iguala o la gravedad de la epidemia del ébola, es casi imposible sustraerse a aquellas noticias hueras que abarrotan cuanto medio existe, incluyendo, como arriba mencioné, nuestros muros del feis o del tuiter. Hay noticias que se indignan por la liberación de una secuestradora francesa o por la anunciada huida de un narcotraficante, también las hay que celebran el triunfo de la selección o lo bien que luce en su nueva mansión la familia Durán-Silva, que tan linda aparece en la portada del ¡Hola!

Son estas noticias las que me impulsan a mandar todo muy lejos y tomar un buen libro de Vargas Llosa o, mejor aún, el Fausto de Goethe. Prefiero a ese diablo inteligente, con sentido del humor y cordial a los remedos de demonio que en la actualidad nos violentan.

¡Y cómo evitar la rabia! Vea usted nada más éstas, las noticias de la semana.

Tengo enfrente de mí la edición del periódico de ayer. Arriba del encabezado, en la tirilla de noticias destacadas sale la fotografía de una rubia muy arreglada, sonriente y perfectamente desconocida. Agucé la vista y pude leer que esa perfecta desconocida se había presentado en un evento como Renee Zellweger. La impostora de la foto no tenía nada que ver con aquella actriz rechonchita, cachetoncita, de mirada tierna y vientre sujeto a inflaciones y deflaciones inesperadas. Esa rubia, bastante ajada por cierto, podría ser cualquier rubia perdida en cualquier playa del sur de California. Si Renee pudo hacerse eso en la cara, ¡qué no podrá hacer con la suya el huido ex alcalde de Iguala!

Para rematar, la semana pasada me encontré con una conmovedora nota. Una institución de reconocido prestigio internacional vaticinó que, para el venturoso año del 2019, habrá 57 % más millonarios en México. Me imagino (porque no seguí leyendo) que este resultado fue producto de un sesudo cálculo económico-probabilístico-social. Así que prepárese, porque al parecer nos están ofreciendo otra vez administrar la abundancia.

Más vale que cuide sus ahorritos, si los tiene; no vaya a ser que se la vuelvan a aplicar.

 

Trataré de estar menos exaltado el próximo miércoles. Lo invito a que nos sigamos leyendo aquí, en De la tierra nacida sombra.

Acerca de Enrique Boeneker

Soy aficionado a una bola de cosas. Peco, es verdad, de disperso. Ésta es una más de entre todas mis aficiones. Ver todas las entradas de Enrique Boeneker

2 respuesta a «Nosotros, los millonarios – El mundo desde mi bici CVI»

  • Erika

    Como siempre, disfruto de tus bicis. Me encantan, y ésta, pues más. Seguiremos mejor, leyendo algún libro y no las noticias de los periódictos yescuchando las de la televisión o la radio. Y prometo no hacerme ningúna cirugía, para que no me reconozcan y eso sí sería grave.

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  • Erika

    Y también más vale que sigamos ahorrando, para que en el 2019 seamos millonarios. ¿O no?

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